9 may 2011

YO Y MI LIENZO, MI PENTAGRAMA


Estimados lectores, van a permitirme que hoy les hable de un personaje al que ya llevo tiempo queriendo dedicarle un post y que conocí y llegue a comprender gracias a mi señor profesor de historia del arte.
Es, en definitiva, el señor Kandinsky



Kandinsky era Ruso y forma parte de la generación de Malievich, Tatlin, Einsestein, Rodchenko y otra serie de peña que, las cosas como son, estaban todos bastante jartos y tenían una visión bastante personal y curiosa ya no solo del arte sino del mundo en general.
Más concretamente Kandinsky creía que había una realidad oculta tras todas las cosas, es decir, que la apariencia del mundo, lo que aparece a simple vista, no era de fiar y a cada objeto le correspondía su "paralelo real" en otra dimensión que se escapa al ojo pero no al alma, de ahí que sus pinturas estén formadas por elementos imaginarios y abstractos que no existen en lo que tú y yo llamamos mundo aunque no por ello no dejan de ser reales.


Otro factor clave para entender su obra es la música. Kandinsky estaba loco por la música y le fascinaba el hecho de cómo las notas tienen la capacidad de crear sensaciones y alterar las emociones de quien las escucha y no hizo más que traducir eso a sus lienzos. Él mismo declaró enfrentarse a un lienzo en blanco como a un pentagrama en el que introducía, en vez de notas, elementos pictóricos con el fin de crear ritmos y contrastes a base de partes más densas y otras más vacías que se enfrentaban dentro del mismo marco generando al ojo las mismas sensaciones que el transcurrir de las notas al oído, con la salvedad que el ojo tiene total libertad pa pasearse por la pintura como le da la gana.
Y como lo único que pretendía era esa musicalidad, se servía de los elementos imaginarios para no distraer con cosas conocidas (personas, montañas, barcos...) que condicione al espectador ni tratase de comprender o buscar metáforas visuales.
Kandinsky dice: déjate de hostias, déjate llevar y no busques significado. La pintura flye hermano.


Kandinsky era como Mondrian (del que ya hablamos aquí hace tiempo) seguidor de lo abstracto y de la economía de color. Sus cuadros se caracterizan por la total exclusión de cualquier elemento reconocible, pero a diferencia de Mondrian que le tiraba más lo geométrico, Kandinsky es más orgánico y sus cuadros son por ello más dinámicos y "vivos".
Sus composiciones se mueven y respiran precisamente en base a esa alternancia de densidades, a ese ritmo musical transmitido a la pintura.
Kandisnky supuso un soplo de aire fresco. Una grieta. Un "algo" original en el abarrotado mundo de la pintura simplemente porque no buscó vías pictóricas originales sino que halló esa respuesta en la música. Hizo pintura de la música. Mezcló dos artes en una simbiosis perfecta y coherente que aunaba dos lenguajes en uno.
Es un teórico, por eso su obra es un estudio del comportamiento del ojo y de las sensaciones que la composición de elementos produce sobre éste. No aspira a lo bello, aspira a experimentar. Si te gusta bien y si no, te jodes, a mí me da igual; Es un medio chalao, como casi toda la gente de Vanguardia rusa y abstracción.
Es alguien jodido de entender si no te lo explican.
Alguien jodido de apreciar en el momento que le tocó vivir.


1 comentario:

Víctor. dijo...

Muchas veces los mejores son los que la gente no sabe apreciar.

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