
Un día estarás tumbado
allí en un delicioso trance
y de pronto una caliente
brocha enjabonada te será
aplicada en la cara
- lo tomarás a mal
- un día el empleado de la funeraria te afeitará.
No hay lluvia
no hay yo,
te lo digo, tío
seguro como la mierda.
Jack Kerouac, 1959.
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