Ya sabes como va esto, te marea y te putea y cuando estás a punto de escapar, te engancha en el último suspiro con esas garras sacadas de la nada en forma de tubillos o viento sur.
Y te dejas engañar, incauto, imbécil. Medio saciado por ese engaño fugaz que te mantendrá calmado entre sus patas peludas un tiempo más.
Engáñanos pronto por favor señor gato!, que estos hilos idiotas que conforman tu ovillo se están cansando de tanta ponzoña gélido-huracanada.

2 comentarios:
descarao pisha...
vaya mierda gélida...
un abrazo, las fotos molan mucho
ese victor...recupérate para el rip curl siiiiirch...
matt stuart...
Publicar un comentario