13 ene 2014

EL DESCUBRIMIENTO DE JOSÉ ALBERTO


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Esto que os voy a contar es totalmente cierto. Nada de bromas.
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Resulta que ayer a la tarde saqué a pasear a José Alberto, mi nuevo perrito, cruce de salchicha con San Bernardo, que me regalaron por navidad y al que no tengo cariño alguno. 
El caso es que estaba yo haciéndole una foto al cielo para luego meterle seis o siete filtros y subirla al instagram cuando me viene el chucho todo nervioso arrastrando un hueso más grande que él. Yo, obviamente, flipé y, como si pudiera entenderme le dije "¡José Alberto por Dios!, ¿de dónde has sacado ese hueso?. Él me respondió con una serie de ladridos que en lenguaje perruno querían decir "sígueme Legi, es por aquí. Vas a flipar en colores, capullo pirulí".
Bueno, a unos cien metros J.A. se detiene y empieza a mover la cola y apuntar con su hociquito a la tierra. Yo, como soy muy vago y llevo la ropa de domingo, le ordeno que escarbe así, mientras tanto, a ver cuántos me-gusta tiene mi foto del cielo. Sólo dos, el de mi madre y mi abuela. Me cago en la puta.
Cuando José Alberto termina de escarbar descubro que lo que hay enterrado es un cuerpo humano en avanzado estado de descomposición. Aún queda algún resto de carne podrida y tela pero la mayor parte ya es todo hueso. Arranco la tibia y se la doy al perro en compensación por su trabajo. El muy cabrón se lo tiene merecido y al muerto poco le ha de importar ya. Al agacharme observo que entre la tela hay una nota que reza lo siguiente:

- Hola, mi nombre es xxxx, autor del crimen de xxxxxx, cuyo cuerpo yace frente a usted mientras lee estas líneas ahora mismo.
Supone esta confesión un alivio para mi espíritu y más aún cuando no conlleva riesgo alguno para mí, que me hallo en la otra punta del mundo. 
Por lo menos, eso sí, que quede el asunto claro:
No busquen móviles ni motivos sensacionalistas. La razón por la cual me ví obligado a matar a xxxx es que explicaba cada uno de los chistes que contaba.
Puede que yo sea un poco lento. Creo que ese rasgo me viene de familia e incluso de pueblo. Pero no por ello merezco que se me explique cada chiste que se me cuenta, ¿no?. Un poco de por favor, hombre, por Dios.
¡Qué más te da a tí si tardo en reírme! Si no me río al momento es que tu chiste es muy complicao o, directamente, una puta mierda. En caso de la primera opción, la de reírme al cabo de un rato, pues oye, mejor pa mí, que es una especie de pa-luego humorístico, como la carne de entre los dientes.
Me jode la peña como Arévalo que lo explica todo. Xxxx era así. 
Opino que el humor es el humor y ha de ser simple e inmediato, como en "Farmacia de guardia". Donde esté un golpe en los cojones o un resbalón que se quiten todas esas mierdas modernas de charlas delante de un micro o chistes de economía o política. Eso no hay quien lo entienda. Marianico "El Corto", el chavalín ese negro con gafas tan torpe, lo de los chinos entre barro o, sobre todo, "Los Morancos". ¡Eso sí, joder! 

Tenía razón José Alberto, flipé en colores. 
Que... ¿Qué hice?. Joder, pues como cualquiera, digo yo. Ordené al chucho que dejase de mordisquear la tibia y enterrase de nuevo el cuerpo. Seguía con 2 me-gustas. 
Por lo demás, ¡La de pasta que me iba a ahorrar en puta comida de perros!. Tenía ahí huesos el muy cabrón hasta que le cayesen los dientes, y yo excusa cojonuda (además de un gasto menos con el que ya contaba) para pasarme la tarde en el parque fumando porros.

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