I
A veces mi saliva se convierte en niebla y de tanto tragar dejo de tener forma. Quiero desaparecer y que todo termine. Quiero explotar y ensuciarlo todo con un velo tan gris que mantenga nublado el cielo durante todo el verano.
II
A veces las palabras se confunden y su significado se oxida. No tengo a quien hablar. A quien contarle que he dormido fatal.
Muchos están en el agua cuando quieren refrescar. Otros prefieren mojarse aunque haga tiritar.
III
A veces meas, por no mirar, sobre la hoja que a un caracol le servía de almohada. Y éste levanta la cabeza y con sus ojos como jeringuillas mirándole de frente a tu chorro cruel grita: HIJOPUTA en su lenguaje de caracol. Y tus oídos de humano no llegan a escuchar el insulto porque solo captan las cosas grandes que se dicen a gritos.
IV
A veces quiero ejecutar verbos y más verbos de la primera conjugación: puñar, flotar, arrasar, susurrar, maniatar, abrazar... y me tengo que conformar con uno de la segunda:
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