La principal labor de los muertos es dejar hueco a los vivos para que negocien y luchen, se amen y se odien y, de este modo, se vayan muriendo poquito a poco.
El viernes dormimos en casa de Sara (ya que no puede llegar tarde en su propia casa) para salir bien temprano el sábado por la mañana. Sara nos preparó pancakes para desayunar y nos contagió de faringitis.
Cuando sonó el despertador, hubiera vuelto a enrollarme entre las mantas de no haber sido por el pedo de buenos días que se tiró el Javi. Luego vinieron los citados pancakes mientras veíamos impacto total.
Al rato ya estábamos en Oliñas y como siempre, la gente de allí más que maja con nosotros, Luis y Fátima dejándose el espinazo y el único baño que nos dimos todos juntos... bastante que desear, por suavizar un poco la cosa.
A Sara le picó un pez escorpión y por eso la veis con el pie en un barreño y también nos ensuciamos mucho los dedos al comer. Y café y cigarro... muñeco de barro.
Un día agradable de estos que se dice "sin más" (aunque ese "sin" introductorio no hace más que desmerecer).
Y al final charlamos mientras bebimos y nos volvimos.
En la radio... Rock'n bordes, Robert Gordon y creo que también los Clash. Luego yo ya llegué a casa, me tomé un paracetamol y ya no recuerdo más.
La principal labor de los muertos es dejar hueco a los vivos para que negocien y luchen, se amen y se odien y, de este modo, se vayan muriendo poquito a poco.
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