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Estoy hasta el puto culo, lo juro.
Todo esto me sobrepasa y ni en el agua dejo de darle vueltas al tema. El martes, por ejemplo, iba conduciendo de camino a la playa y tuvo que sonar cinco veces el móvil para que se lo cogiera a César porque tenía la cabeza en otro lugar: un planeta raro de texturas y tipografías.
A veces se me ocurre algo en mitad de la noche y tengo que encender la luz y levantarme de la cama para dibujarlo en un folio. Tengo la habitación llena de trozos de papel pintarrajeados a mano, arrugados y jamás encuentro el que busco.
Me estoy planteando seriamente no volver a cogerle el teléfono a Sara. Mira que intentamos organizarnos pero con tantos hilos esparcidos uno va a acabar ahorcándonos. Este último fin de semana nos pasamos dieciséis horas cosiendo y cortando tela, discutiendo y escuchando radio 3.
¿No sería más fácil mandarlo todo a tomar por culo?. Seguro que sí.
Volvería a tener mi habitación ordenada y a mi madre contenta. Volvería a cogerle el teléfono a César a la primera y ya no tendría que subir el volumen de la radio para disimular el enfado con Sara.
Probablemente sería más feliz y no me saldrían calvas de estrés en la barba y ahorraría más de lo que ahorro para beber cervezas y emborracharme y así creer que estoy aprovechando mi vida. Lo mejor de todo es que dejaría de auto compadecerme y aburrir a todos con mis quejas.
El viernes casi lloro en la imprenta cuando la máquina se les rompió a punto de terminarme el fotolito (que es la lámina a partir de la cual se hace la pantalla de serigrafía para las camisetas) después de acostarme a las tantas para poder tenerlo listo para enviárselo a Luis. Esa fue la gota que colmó el vaso.
Y luego viene el tema de la pasta, claro. No veas lo que me jode ver limitadas mil ideas por culpa del “no me da”.
En fin, que llegado a este punto me pregunto en qué coño pensaba antes de ponerme a hacer mi propia marca, con lo fácil que es ir y comprarme una con un logo conocido y molón que me evite complicaciones e incluso pueda atraer a alguna groupie borracha que te mire antes el pecho que la cara.
¿Aborto misión ahora que aún estoy a tiempo?.
Pero luego llego a la playa y mientras me pongo el traje veo un chaval que, en vez del logo conocido y molón, prefirió cogerse una cami de S Y L P H. Una cami que he hecho yo con la ayuda de MIS AMIGOS y que seguramente haya diseñado de madrugada y por la cual haya tenido ojeras al día siguiente y me haya desesperado cuando el fotolito no salía pero, sin embargo, me haya hecho sonreír una vez la tuve en la mano y vi una idea y un sueño materializado en un trozo de tela, es decir, un sueño tangible al fin y al cabo.
No estoy seguro de dónde llegará todo esto, de lo que sí estoy seguro es de que, llegue donde llegue, dentro de cinco años, recordaré esta etapa con cariño por haber intentado hacer real un sueño que tuve en un avión de camino a Australia y sin lugar a dudas he decidido no hacerme viejo con la incertidumbre de “qué hubiera pasado si…”
4 comentarios:
claro chaval! estamos todos igual... cuantas veces me lo habre planteado yo despues de la movida que tuvimos... Es lo que hay, anda que no cunde que lo que te de preocupaciones es hacer lo que mas te mola?
Dale caña tio!
cierto Álvaro así que.... aplícate el cuento jejeje ;)
KILL'EM ALL
Nice! Looking forward...
Si te rajas te mato.
A ver si eso te anima.
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