Aprovechamos el día para turistear por el pueblo, ir a un par de slabs con una pinta muy macarra y, como no, a Thurso, que la tenemos a 5 minutos caminando desde casa. Sólo por curiosidad metí la mano en el agua y os juro que... su puta madre, los dedos me dolían. Ríete tú de Irlanda. Vamos a flipar aquí, en serio.
Por lo demás... el sitio muy idílico, de postal, la gente parece muy agradable y la tía del hotel nos recibió con una buena bolinga. Mañana dan unas previsiones cojonudas con buen viento y periodo y así se mantendrá hasta el domingo como mínimo.
Ahora vamos a terminar de ver machete y hacer una pequeña hoguera en la habitación para que no se nos hielen las pelotas.
Me encanta ésto.
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