AZÚCAR DOSIFICADA

Y así fue, mientras mojaba el ultimo trozo de magdalena casera en el colacao aceitoso. Aceitoso el cola cao y aceitosos los dedos. Tuve que limpiármelos al calcetín antes de teclear la página de la web cam. Lo que en ésta se veía era bastante menos dulce que esos cubillos de grasa y azucar que hace mi abuela cuando vuelvo de algún viaje largo o le viene en gana de pascuas en ramos. Hacía frío y llovía sobre una puta mierda mar espumoso.
Lo decidimos sobre la marcha lo de coger e irnos. Me puse unos pantalones de pana y cogí un par de tablas bien nuevillas ñam ñam.
Cuando me quise dar cuenta estaba limpiándome las comisuras azucaradas del desayuno frente a otro mar limpio y azul que nos regalaba olillas a 20 metros de la orilla.
Menos mal que fui previsor y esa grasilla dulzona de mi boca la guardé para cuando la necesite en casa, donde los baños de caramelo son mas escasos que los días que me despierto entre magdalenas de casa.