Estaba yo en plan vago y como me daba pereza levantarme decidí mear en una botella que tenía junto a la cama. Al rato llegó mi novia y por no despertarme entró sin encender la luz. La pobre debía tener la boca reseca y le pegó un trago que flipas. Luego me dió un beso de buenas noches que me dejó un regusto a meao.
Por la mañana me desperté y noté que tenía los labios agrietados y amarillentos. Casi vomito. Decidí no contarle lo que había pasado y justo cuando iba a por la botella para tirarla va y se desperta y me dice "Dónde vas león" y yo le digo "a tirar esto, vengo ahora" y me dice "tú no te vas a ningún lado, ven para acá" y como me estaba sujetando por los gallumbos yo acabé yendo para allá.
Me quitó la botella de las manos y le pegó otro trago fino. Luego... Venga comerme todos los morros esparciendo mi propio pis por mi boca, mejilla, mentón, oreja, cuello, pecho y, por fin, mangera.
Sabía como Tang calentorro.
No pude contenerme y le poté la espalda.
Le expliqué lo sucedido y me dejó.
Desde entonces el Tang me recuerda los besos de una mujer.
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*todas las fotos de lifestyle están hechas con el móvil para demostrar que me estoy adaptando a las nuevas tecnologías a un ritmo razonable
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