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Para entender un poco el duro transfondo social que están viviendo Guatemala y El Slavador (en cuanto a la inseguridad y la violencia), hay que remontarse a finales de los 80's principios de los 90's cuando grandes grupos de ex combatientes de las guerrillas emigran a EEUU.
Lo que sucede es que estos emigrantes salvadoreños se encuentran un entorno hostil en el que negros, latinos, mexicanos y pandilleros yankis les acorralan. Es entonces cuando comienzan a organizarse y unirse formando ghettos que darán lugar a las maras.
Transcurridos unos años esas pandillas evolucionan y ganan en infraestructura e integrantes llegando a adquirir tal poder que pueden plantarle cara a la policía y al gobierno de un país.
Se cree que es el propio partido de oposición quien insta a volver a El Slavador a parte de estas mafias con el fin de dejar en entredicho la capacidad para mantener la ley y el orden por parte del gobierno en funciones.
Sea cual sea el motivo, la situación es que todo se ha ido de las manos y estas Maras actúan como auténticas dueñas y señoras del país (El Salvador y Guatemala), a los cuales intimidan y subyugan bajo unas reglas y unos códigos propios que se muestran inflexibles para con el resto y que tienen como fin atemorizar a una sociedad subyugada y extorsionada para facilitarles el tráfico de drogas, armas...
La Mara 18 y la Mara Salvatrucha son las dos grandes bandas rivales que se reparten el pastel al más puro estilo mafia italiana (pero en tirantes). Ambas llevan años moldeando San Salvador y Guatemala city como les viene en gana. Así están las cosas y así van los países.
Este documental de Cristian Poveda (que fue asesinado a su vez por las Maras tras la realización del mismo) muestra la situación tal cual y transmite de primera mano una realidad alarmante y triste con una solución nada fácil de hallar.
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