CHARCOS DESINFECTANTES

Hoy lleva todo el día siendo de noche.
Caminas con las manos metidas en los bolsillos no por desidia sino por frío.
Miras los charcos donde las pelotillas de granizo tardan en derretirse y te entran escalofríos, Vuelve el frío, y luego al salir del agua te limpias la arena de los pies en esos charcos.
Hombre, por lo menos ahorras algo de pasta ya que siempre pides un té bien caliente en vez de las dos o tres birras veraniegas de rigor. No todo iba a ser malo. No, en realidad no es eso, es que hay que intentar sacar algo en positivo, ya sabes, eso de al mal tiempo...
Me toca los huevos leer otra editorial de una revista donde dicen que les mola el invierno. Menudos mongoles: ¿te mola y justo te piras de viaje a marruecos?. No te jode, así cualquiera. Hipócrita, eso no es invierno, invierno es artrosis, contracturas y mocos.
Invierno también es alguna izquierda que casi solo rompe en invierno. Y no hay arena, pero sí barro y maleza. Bajas descalzo y te limpias los pies en aquel charco que se vuelve marrón por tu culpa pero nunca protesta, y si te pinchas o te cortas no te quejas porque no hay nadie cerca que escucha tus lamentos de nenaza. Luego, despues de una remada de quince minutos, llegas atrás después de comerte solo dos espumas, no esperas y coges la primera que te deja doscientos metros más abajo en el pedrero. Aunque entras en calor Sabes que hace frío por el vaho que dibuja tu aliento, solo el frío te deja verlo, no como el humo de los cigarros, que igual le da la temperatura que haga. Entre pensamiento absurdo y pensamiento absurdo llega otra un poco mayor y más espumosa que embiste por detrás ese 6' 0'' al que le estás cogiendo cariño.
Con los pies fríos y la calefacción, lo que ahorras en tés se te va en calefacción ahora que lo pienso. Dadme los playeros más calentitos que tengáis!!